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WASHINGTON -A menos de 20 días de las elecciones para las que necesitan el apoyo de su base política, el gobierno de Barack Obama lucha para preservar en forma temporal la ley que impide a los militares gays hacer pública su homosexualidad, que sus seguidores quieren que se acabe de inmediato.
El Departamento de Justicia presentará una apelación al fallo de una jueza que suspende la ley, conocida como "no preguntes, no digas", al mismo tiempo que los demócratas están enfrascados en una lucha sin cuartel para mantener sus mayorías en ambas cámaras del Congreso e intentan motivar a los votantes que llevaron a Obama a la Casa Blanca.
La apelación estaba prevista, pero de todos modos no ayudará al oficialismo a convocar a sus simpatizantes para frenar la ofensiva republicana en los comicios del 2 de noviembre.
El departamento pidió una suspensión temporal mientras presenta su apelación, mientras Obama prometía el jueves que "esta regla se terminará y se terminará durante mi mandato".
Sin embargo, el presidente dijo estar maniatado por el proceso legal. "Simplemente no puedo hacer caso omiso de las leyes que existen", afirmó. Luego, agregó, "tengo que trabajar para asegurarme que cambien".